Por Marion Giraldo para Reuters –
Las economías de América Latina sufrirán su mayor contracción al menos desde 1960 debido a la pandemia, según un pronóstico del FMI emitido el martes, con una reactivación en 2021 que dependerá en gran medida de la capacidad de los gobiernos para controlar la crisis sanitaria y los riesgos sociales.
En su reporte Perspectivas de la Economía Mundial (WEO) de octubre, el Fondo Monetario Internacional anticipó una contracción de la economía latinoamericana del 8,1%, menos profunda que el 9,2% que había previsto en junio, pero moderó ligeramente su proyección de expansión para el próximo año a un 3,6%.
La caída de este año superará con creces el retroceso de 2,5% de 1983, en plena crisis de la deuda externa, y el 1,9% de la debacle financiera de fines de la década pasada, según cifras del Banco Mundial que se remontan a 1960.
Las previsiones, si bien suponen pérdidas exorbitantes de producción, se han ido moderando para América Latina debido al acelerado repunte de sus dos principales socios comerciales, China y Estados Unidos, en el último trimestre.
“Los países más pequeños y las economías dependientes de las materias primas y del turismo están en una posición especialmente difícil”, dijo el FMI en un comunicado, llamando la atención sobre el complejo escenario para las naciones del Caribe y la industria del transporte aéreo.
El FMI atenuó el panorama de crisis para las mayores economías de la región, especialmente en países que no fueron estrictos para contener el virus. Pese a las advertencias sobre la necesidad de tomar medidas cabales para controlar la epidemia, las proyecciones apuntan avances en donde las economías tuvieron menores cierres de actividad.
México, que se apoya en gran medida en el comercio con Estados Unidos e inauguró un nuevo tratado en julio con sus vecinos de Norteamérica, tendrá una caída del Producto Interno Bruto del 9% este año, una mejoría de 1,5 puntos porcentuales frente al pronóstico anterior. Para 2021, el fondo espera una expansión del 3,5%.
Brasil, en tanto, sufrirá una baja menos pronunciada del PIB de un 5,8% 2020, un cambio significativo frente a la estimación de junio de un caída de un 9,1%. La expansión el próximo año será moderada, del 2,8%, afectada por una menor demanda interna que golpea a su poderoso sector de servicios.
EXTREMA POBREZA Y DISPARIDAD
El informe destacó que China -una fuente de ingresos clave de la región por su alto consumo de materias primas- se apresta a cerrar el año con una ligera expansión, reanudando también la demanda por exportaciones. Brasil, Perú, Chile y en cierta medida, México, serán los beneficiados.
Aunque el FMI moderó las perspectivas de recesión para Chile y Perú en 2020, a medida que retoman la actividad minera y suben los precios de los metales industriales, insistió en que el panorama en Sudamérica sigue siendo complejo en vista de la prevalencia de casos de coronavirus.
Argentina, que ha tomado rígidas medidas para controlar el avance de la pandemia y busca preparar su desconfinamiento, verá un desplome de 11,8% de su economía en 2020 y crecerá un 4,9% en 2021, proyectó el organismo, reflejando el golpe de los cierres en un país que arrastra años de crisis fiscal.
Si bien no se refirió en específico a ningún país, el FMI alertó en su reporte que el COVID-19 revertirá los progresos que desde la década de 1990 ha logrado el mundo en la reducción de la pobreza y la desigualdad.
La economía mundial se encogerá solo un 4,4% este año, mucho menos de lo que se temía en el auge de la pandemia, pero las disparidades en el repunte se acentuarán en las naciones con mayor vulnerabilidad social, incluyendo economías emergentes, enfatizó el fondo.
“Cerca de 90 millones de personas podrían caer bajo el umbral de ingresos de 1,90 dólares el día este año, lo que constituye una carencia extrema”, sostuvo, tras citar datos entregados por el Banco Mundial.
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