Japón se sumó a la carrera espacial y lanzó esta semana su misión Moon Sniper a la Luna. Su objetivo es convertirse en el quinto país en colocar un robot en nuestro satélite y borrar los traspiés de sus programas espaciales pasados.
El cohete H2-A despegó desde Tanegashima con su módulo de alunizaje y debería llegar a la Luna en un periodo de entre cuatro y seis meses, por lo que recién se sabrá si la misión tuvo éxito en 2024.
El lanzamiento, cuyo despegue se había pospuesto tres veces por el mal tiempo, también transporta un satélite de investigación desarrollado por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA).
Hasta ahora, Estados Unidos, Rusia, China y recientemente la India, han conseguido alunizajes exitosos. De su parte, Japón acumula dos misiones fallidas, una estatal y una privada.
Japón busca la Luna
La nave que buscará alunizar en la luna, el Smart Lander for Investigating Moon (Slim), recibió el apodo de Sniper (francotirador) porque está diseñado para tocar superficie a menos de 100 metros de un objetivo específico, mucho menos que el alcance habitual de varios kilómetros de ese tipo de dispositivos.
Según comunicó JAXA, al crear el alunizador SLIM, los humanos harán un cambio cualitativo hacia poder aterrizar donde queramos aterrizar y no simplemente donde sea fácil hacerlo: “Esto hará posible aterrizar en planetas de recursos todavía más escasos que la Luna”. Y agregaron: “No hay casos anteriores de aterrizajes de precisión en cuerpos celestes con una gravedad significativa como la Luna”.
Por qué hay cada vez más misiones a la Luna
La Luna suscita un renovado interés en las agencias espaciales de los principales países del mundo. En agosto, una sonda rusa se estrelló contra la superficie del satélite, en la que era la primera misión lunar de Moscú en casi 50 años.
Cuatro días después, India conseguía llevar un robot no tripulado cerca del poco explorado polo sur lunar, un éxito histórico para el país más poblado del mundo y su programa espacial de bajo costo.
Las misiones lunares de Japón
El caso de Japón es especial. Sus intentos previos habían fracasado, como el del año pasado, en el que una sonda lunar llamada Omotenashi perdió la comunicación con la Tierra.
La agencia espacial nipona también tuvo problemas recientes con sus cohetes, acumulando fracasos en el despegue de su modelo H3 de nueva generación en marzo y en el del habitualmente fiable Epsilon en octubre.
En julio, una prueba del cohete Epsilon S, una versión mejorada, terminó con una explosión 50 segundos después de la ignición.
Y en abril, la empresa emergente japonesa ispace falló también en su intento de convertirse en la primera firma privada en conquistar la Luna tras perder la comunicación con su sonda en lo que llamaron un aterrizaje duro.
El cohete japonés que despegó el jueves también lleva al espacio la Misión de Espectroscopía e Imágenes de Rayos X (XRISM) desarrollada por JAXA, NASA y ESA.
El satélite de alta resolución observará el viento de plasma de gas caliente que sopla a través del Universo, lo que ayudará a estudiar los flujos de masa y energía y la composición y evolución de los cuerpos celestes.
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