Con dos proyectos en operación comercial, Salar de Olaroz, en Jujuy de la empresa australiana Allkem (fusión de Galaxy Resources y Orocobre); y Fénix en Catamarca, de la estadounidense Livent, la Argentina es en la actualidad el cuarto productor mundial de litio (LCE), detrás de Australia, Chile y China; y por encima de Brasil y Zimbabue.
Con una proyección para fines de 2022 de 60 mil toneladas de carbonato de litio destinadas al mercado externo, el país podría incrementar progresivamente su producción hasta las 262.000 toneladas anuales en 2025, período en el cual se espera ingresen en operación las ampliaciones de los dos emprendimientos que ya se encuentran en funcionamiento y los otros ocho en etapa de construcción.
Además existen 35 proyectos en etapas de factibilidad, pre factibilidad, evaluación económica preliminar y exploración avanzada, cuyo ingreso en construcción y producción, aunque sea parcial, generaría un impacto económico exponencial en producción, exportaciones y empleo
El relevamiento de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) y de la Secretaría de Minería, también contempla una escalada del precio empujado por políticas que incentivan la movilidad eléctrica, acrecentando la demanda de baterías.
El litio no es un commodity, sino que su precio se define en contratos privados donde factores como la pureza determinan su precio de venta. Hace dos años era de US$ 7.000 y en la actualidad se ubica en torno a US$ 70.000, una suba exponencial que también incluye el encarecimiento de la logística.
En la Argentina, por el tipo de recurso disponible, luego de un importante período de exploración y estudio de factibilidad, un proyecto demanda 2 a 3 años en ser construido, y una vez en producción, otros 3 años en alcanzar la plena capacidad, lo que permite proyectar la entrada en operación de cada emprendimiento.
En ese cronograma, la primera novedad se espera para diciembre de este año en Caucharí-Olaroz, en Jujuy, donde avanza la construcción del proyecto que llevan adelante la firma china Ganfeng Lithium y la estadounidense Lithium Americas, con un capex estimado en US$ 741 millones para la producción de 40.000 toneladas de LCE.
El proyecto
Ya para 2023 y 2024, se espera la entrada en funciones de las ampliaciones de los dos proyectos actualmente en producción.
Se trata de el Salar de Olaroz, que con la entrada en funcionamiento de su segunda etapa en desarrollo, permitirán alcanzar una inversión total de US$ 330 millones para incrementar la producción de 20.000 a 50.000 toneladas de LCE.
La segunda ampliación en marcha es la Fénix que en etapas sucesivas avanzará de las 20.000 toneladas actuales a un rango de entre 40.000 y 60.000 toneladas anuales en 2025, con una inversión de US$ 640 millones.
A esta última iniciativa se suma la posibilidad de concretar una planta de hidróxido de litio que elevaría la inversión por encima de los US$ 1.000 millones.
El cuarto proyecto destacado es el de Centenario Ratones, en la provincia de Salta, cuya reactivación a cargo de la empresa francesa Eramet se concretó este año con la construcción de la planta, con una inversión de US$ 600 millones y una proyección de producción de 24.000 toneladas de LCE.
En Catamarca, el proyecto Sal de Vida de la minera Allkem, ya avanzó en la adjudicación de contratos a empresas locales para movimiento de suelo y construcción de piletas de nueva planta para extracción y refinamiento de litio, con una inversión inicial de US$170 millones y 25.000 toneladas de litio disponibles tras su puesta en marcha.
También en Catamarca, se destaca el proyecto Tres Quebradas de la minera china Zijin Mining Group que en conjunto con la argentina Saxum Engineered Solutions, prevé el desarrollo del salar homónimo con una inversión de US$ 370 millones y estimaciones progresivas de producción de 20.000 a 40.000 toneladas anuales.
Luego Salta se posiciona con cuatro proyectos en inicio de construcción, dentro de los 10 más avanzados del denominado triángulo del litio.
El primero de ellos es el proyecto Mariana de la minera Ganfeng Lithium, compañía que prevé desarrollar a la par de producción de 20.000 toneladas de litio iniciales, un parque solar fuera de la red de 120 Mw y 288 Mw de almacenamiento en baterías, y ampliaciones a 150Mw y 360 Mw, con una inversión anunciada de US$ 600 millones.
También en Salta, la minera coreana Posco inició la construcción de planta a lo que sumará próximas fases de energías renovables con inversiones por US$ 800 millones y una producción de 25.000 toneladas de hidróxido de litio por año, con la posibilidad de elevarla en una segunda y tercera fase a 100.000 toneladas.
En Salta, asimismo, en el Salar de Rincón, la minera estadounidense Rio Tinto, avanza con el desarrollo de una inversión de US$ 190 millones para desarrollar una planta piloto y posterior planta comercial para una producción proyectada de carbonato de litio 25.000 toneladas.
Por último, también en Salta, la australiana Argosy Minerals avanza con el proyecto Rincón Litio que avanza con su planta piloto pensando en producir a futuro 10.000 toneladas iniciales de carbonato.
Todos estos proyectos buscarán satisfacer una demanda creciente del mineral, en particular de Asia (China, Japón, Corea del Sur) como principal centro de consumo, que actualmente explica casi el 70% del litio a nivel agregado, y más del 90% si se considera solo lo usado para la fabricación de baterías.
Al cierre del primer semestre del corriente año, el destino de la producción argentina de litio se orientó en un 33% a China, 24% a Japón, 14% a Corea y 7% a Estados Unidos.
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