La vicepresidenta Cristina Fernández afirmó que el 1 de septiembre «se quebró el pacto democrático», aseguró que «lo único nuevo» es el Frente de Todos (FdT) porque el kirchnerismo «cambió» el país después de 2001 y señaló que las elecciones de 2023 «se pueden ganar» pero que será necesario que los argentinos «tiren para el mismo lado» ante los condicionamientos «brutales» que dejó el Gobierno de Mauricio Macri.
En un discurso brindado en el estadio «Diego Armando Maradona» de la ciudad de La Plata con motivo del Día de la Militancia, la vicepresidenta planteó que «una sociedad que no sabe lo que pasó difícilmente pueda entender lo que pasa», por lo que remarcó que, si no se ejercita la memoria, «resulta imposible develar el porvenir».
El atentado
En referencia al intento de magnicidio en su contra sufrido el 1 de septiembre en la puerta de su domicilio, Fernández de Kirchner señaló que ese día «se quebró por primera vez» desde 1983 «el pacto democrático de respetar la vida».
Por eso consideró que «es obligación de todas las fuerzas volver a construir ese pacto separando a los violentos, al lenguaje del odio y al que quiere que el otro se muera porque piensa diferente«, sostuvo, al alertar que, en caso contrario, sería «retroceder».
La Vicepresidenta pidió «terminar con debates absurdos» sobre la seguridad: El debate por la seguridad
En otro tramo de su mensaje, la expresidenta llamó a «terminar con debates absurdos» en torno a la seguridad porque es una «deuda» que «ningún partido político lo ha podido solucionar», dijo.
«Terminemos con ese debate berreta de los ‘mano dura’ o los garantistas. Si para algo sirvió lo que me pasó fue para demostrar que, cuando estuvieron en el Ministerio de Seguridad los ‘mano dura’, a la política de seguridad le pusieron una Miss Argentina», dijo en referencia a Carolina Gómez Mónaco, quien en el Gobierno de Cambiemos se desempeñó como directora de la Escuela de Inteligencia Criminal.
En esa línea, Fernández de Kirchner hizo un llamado a «olvidar los partidos políticos por una vez en la vida y discutir en serio el tema de la seguridad en nombre de todas las víctimas, sus familiares y deudos», y señaló que «el orden para nosotros es que el padre o la madre salgan a trabajar, los pibes vayan al colegio y todos coman en su casa y no en los merenderos».
También resaltó la necesidad de avanzar en un «gran acuerdo que debe haber entre todos los partidos políticos para que las fuerzas de seguridad respondan a las fuerzas civiles».
«Las fuerzas de seguridad son una parte de la solución y también son parte del problema si no se subordinan al poder civil. Cuando estuvimos en el Gobierno desplegamos miles de gendarmes en el conurbano bonaerense. La gente lo pedía porque tenía más confianza», rememoró.
«HAY JUECES SENTADOS DE POR VIDA COMO UNA RÉMORA MONÁRQUICA»
La vicepresidenta que en el país hay jueces «sentados de por vida como una rémora monárquica en una sociedad democrática que deciden sobre la libertad y el patrimonio» de la gente y son «dispositivos de control de la voluntad popular», y advirtió que «donde no hay jueces puestos a dedo, presionables y eternos» el sistema «funciona».
En ese contexto, sostuvo además que «no es bueno para la democracia y el pueblo» que sean los magistrados los que «deciden sobre las políticas económicas del país».
«Hoy esta inflación que tenemos de 6,3%, cuando uno mira el desagregado uno ve que las telecomunicaciones miden 12 puntos, el doble, porque hay jueces que dijeron que el decreto que se firmó para que sea un servicio público y por lo tanto con precios regulados, no se debe aplicar», reseñó.
«Donde no hay jueces puestos a dedo, presionables y eternos en sus cargos, el sistema funciona», sostuvo y aseveró: «No es bueno para la democracia, para el pueblo, que sean jueces los que decidan sobre las políticas económicas de un país».
La presidenta del Senado alertó que «no crean que esto no obedece y no influye en la vida cotidiana de todos los argentinos, y ni qué hablar en todo lo que es violencia o lo que vemos de mujeres que van 20 veces a la justicia y después aparecen muertas y nadie se hace cargo de nada».
«Nadie se hace cargo de nada, total están ahí sentados de por vida como una rémora monárquica en una sociedad democrática», denunció.
Y seguidamente interpeló: «¿Cómo puede haber gente que decide sobre la libertad y el patrimonio de los argentinos y sus cargos sean eternos? ¿Qué tiene esto de democrático y contemporáneo? Nada».
«Son rémoras y dispositivos de control de la voluntad popular», clamó.
Sobre la economía
También pidió un «consenso económico no donde todos opinemos igual, sino para abordar graves problemas que tiene la Argentina».
La vicepresidenta señaló además que cuando «escucha como novedad» la propuesta de privatización de Aerolíneas Argentinas, «eso ya pasó en los ’90», por lo que enumeró los beneficios para el turismo local de contar con una aerolínea de bandera y le pidió a la oposición «hacer las cuentas completas y sumar todo».
«Las elecciones se pueden ganar pero los condicionamientos son tan graves, tan profundos, que nos han dejado, que va a requerir que la mayor parte de los argentinos tiremos todos juntos para el mismo lado. Si no es así, nuestro país será difícil para cualquiera»
«Dicen que tenemos que volver a los ’90. Una fuerza política no tan novedosa que dice que los 90 fueron lo mejor de la historia, y dicen que son lo nuevo. Acá lo único nuevo somos nosotros que cambiamos la Argentina después de la crisis del 2001», subrayó.
También admitió que «muchas veces se han tenido que tomar decisiones por el condicionamiento brutal con el que se recibió un Gobierno después del retorno del FMI a Argentina», dijo en referencia a la administración de Macri, y llamó a «explicar» porque «la sociedad tiene que saber».
Para la vicepresidenta, «cuando la sociedad sabe, se empodera, y no hay mejor ayuda para un gobierno nacional y popular que la sociedad sepa hacia dónde vamos y por qué hacemos las cosas que hacemos».
Por último, aseguró que «las elecciones se pueden ganar» pero será necesario que «los argentinos tiremos para el mismo lado».
«Las elecciones se pueden ganar pero los condicionamientos son tan graves, tan profundos, que nos han dejado, que va a requerir que la mayor parte de los argentinos tiremos todos juntos para el mismo lado. Si no es así, nuestro país será difícil para cualquiera», concluyó la exmandataria.
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