Un hombre de 58 años que estaba en situación de calle lucha por su vida tras haber sido incendiado intencionalmente por desconocidos en Rosario (Santa Fe). La víctima fue salvada por vecinos, que al ver que estaba prendido fuego lo ayudaron a combatir las llamas y llamaron a emergencias.
El hecho tuvo lugar en la zona oeste de Rosario. Fuentes policiales detallaron que Luis A. fue hallado en Rivarola y República del Salvador, rodeado de personas que intentaban apagarlo. Al llegar la ambulancia, un médico constató que el paciente tenía quemaduras en el 90% de su cuerpo.
En consecuencia, el agredido fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) y permanece en estado reservado. El caso está caratulado como «intento de homicidio», aunque todavía se desconoce quiénes fueron los autores.
El odio a los pobres
Las agresiones contra estas víctimas suelen estar ocultas en las estadísticas oficiales. Este ataque casi termina con la vida del sujeto; pero existen decenas -tal vez cientos- de casos en que las quemaduras no llegan a tal extremo, y se sabe que en muchas de estas situaciones los afectados desisten de hacer la denuncia o simplemente nadie los escucha.
Así, la aberrante práctica de prender fuego a las personas sin hogar se repite una y otra vez, no sólo en Argentina. Y no es casual que se utilice el fuego, ya que se trata de un fenómeno asociado desde muy antiguo con una supuesta «purificación». Lo que subyace en cada uno de estos atentados es, por tanto, la idea de que estos seres humanos son considerados descartables. Los especialistas le llaman «aporofobia»: es el miedo y rechazo a los pobres.
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