La primera semana del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa permitió escuchar por primera vez narraciones al detalle de la golpiza que recibió el estudiante de Derecho hace casi tres años. Aquellas imágenes de las cámaras de seguridad que tanto circularon por los medios de comunicación años atrás se pudieron complementar con algunas declaraciones cargadas de emoción pero también de detalles. Tal como esperaban los abogados defensores de los padres de Fernando, uno a uno los más de 50 testigos que pasaron por el Tribunal Oral N° 1 de Dolores, entre amigos de Fernando, personal de seguridad del boliche y testigos casuales, revivieron el ataque y pudieron identificar el grado de participación que tuvieron los rugbiers.
En lo que la mayoría de los testigos coincidieron fue en que a Fernando lo fueron a golpear en grupo y que se trató de un ataque dirigido después del altercado que habían mantenido en el boliche por las propias condiciones de hacinamiento en las que se encontraba el local bailable durante ese primer mes de temporada de verano. También las primeras declaraciones dejaron en claro que el cerco alrededor del estudiante existió y que algunos de ellos arengaron a los más violentos con insultos racistas de por medio, mientras evitaban que los amigos de Fernando pudieran socorrerlo. En apenas una semana, el rompecabezas empezó a armarse y los videos que tanto se viralizaron adquirieron la voz en off de aquellos que presenciaron lo sucedido.
“Fuimos la voz de Fernando”, dijeron de hecho algunos de los convocados a declarar por la fiscal Verónica Zamboni y los abogados del particular damnificado, Fernando Burlando y Fabián Améndola. Así lo sintieron y así también lo transmitieron durante las siete jornadas. Hasta aquellos que no tenían ningún vínculo con Fernando ni con sus amigos se quebraron al momento de relatar lo sucedido: «En mis 20 años de profesión nunca vi algo así, eran todas patadas», dijo entre lágrimas el jefe del personal de seguridad del boliche Le Brique, Alejandro «Chiqui» Muñoz. Todos tuvieron que revivir sus sensaciones para reconstruir, después de tres años, el momento de la emboscada y los instantes previos. «Este no es un cierre porque mi vida no va a volver a ser la misma», destacó también Virginia Pérez Antonelli, la chica que le hizo reanimación por RCP y narró los últimos minutos con vida de Fernando. Lo que ocurrió los atravesó, según contó la mayoría.
Todavía resta que transcurra buena parte del proceso judicial, pero los representantes legales de los familiares esperaban justamente que durante esta primera semana se reconstruyera el instante de la emboscada, los minutos previos y las primeras reacciones de los acusados tras el crimen.
La semana que pasó arrancó con los pedidos de nulidad presentados por el abogado Hugo Tomei, rechazados nuevamente por el tribunal, y continuó con los desgarradores testimonios de Graciela Sosa y Silvino Báez. “No comprendo, y nunca aceptaré, cómo chicos de la edad de Fer le hicieron esto. Lo atacaron por la espalda, lo tiraron por el piso. Le reventaron la cabeza”, dijo la madre de Fernando antes de cuestionar que los ocho acusados no le hayan bajado nunca la mirada. Su padre, por otro lado, remarcó que solamente busca justicia y les recomendó a los rugbiers que “le pidan perdón a Dios” por lo que habían hecho.
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