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Gemelas separadas al nacer se reencontraron gracias a un video de TikTok y descubrieron lo peor

Dos hermanas, que fueron víctimas de una red de compraventa de bebés, pudieron reunirse y conocer a su madre biológica después de 20 años
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Dos gemelas idénticas, que fueron separadas al nacer y vendidas a familias diferentes, pudieron reencontrarse, y conocer a su madre biológica, gracias a un video viral de TikTok.

Se trata de Amy Khvitia y Ano Sartanianacidas en Georgia en 2002. Su caso pone en evidencia un grave problema que afecta al país eurasiático desde hace ya un par de décadas: bebés que son sacados de hospitales y luego vendidos.

La historia del reencuentro de las hermanas comenzó en 2014, cuando Amy, de 12 años, estaba viendo en TV el programa de talentos locales Georgia’s Got Talent y descubrió a Ano. Inmediatamente, se sorprendió al notar el parecido físico de la otra chica, y recibió decenas de llamados de amigas que pensaban que era ella la que estaba en la tele. “Es normal. Todo el mundo puede tener un doble”, contestaba su madre adoptiva en ese momento.

La separaron al nacer y se reencontraron gracias a un video de TikTok y un grupo de Facebook. (Instagram/amykhvitia)
La separaron al nacer y se reencontraron gracias a un video de TikTok y un grupo de Facebook. (Instagram/amykhvitia)

La aparente coincidencia quedó en la nada, pero Amy no se olvidó de su “doble”. Siete años después, en 2021, Ano vio un video de TikTok de Amy haciéndose un piercing en la ceja y también se sorprendió por el parecido. Por eso, decidió buscar y tratar de contactar a la chica que tanto se parecía a ella.

Así fue que compartió el video en un grupo de WhatsApp de la universidad para ver si alguien podía ayudarla. Una persona que conocía a Amy vio el mensaje y las conectó en Facebook. Amy supo al instante que Ano era la chica que había visto hace tantos años en el concurso de talentos en televisión. “Llevo tanto tiempo buscándote”, escribió. Su gemela respondió: “Yo también”.

En ese momento ambas tenían 19 años. Amy vivía cerca del Mar Negro y Ano a 320 km al este, en la capital, Tbilisi. Al hablar, descubrieron que tenían mucho en común, desde su lugar de nacimiento hasta su gusto por el baile, pasando por un trastorno óseo común llamado displasia.

Pero ante tantas coincidencias, algo no encajaba: las fechas en sus certificados de nacimiento no eran las mismas. De todas maneras, se pusieron de acuerdo para verse.

Luego del encuentro, y de las evidentes similitudes, ambas decidieron enfrentar a sus familias para indagar sobre su pasado. Y les confesaron la verdad: las madres adoptivas de ambas dijeron que no podían tener hijos propios y recurrieron a un supuesto programa de bebés no deseados del hospital.

Para adoptar a las niñas, ambas madres revelaron que entregaron dinero por honorarios médicos, según les dijeron en ese momento. En ambos casos, afirman que no sabían que habían participado de una red de compraventa ilegal de niños.

Amy y Ano recibieron con disgusto y enojo la noticia. Pensaron que su madre biológica pudo haberlas vendido para ganar un dinero extra, pero su teoría cambió cuando se toparon con un grupo de Facebook en el que una joven alemana contaba que su madre había dado a luz a dos gemelas en 2002, en el mismo lugar donde habían nacido Amy y Ano. La mujer afirmaba que, a pesar de que le habían dicho que sus hijas habían muerto, tenía algunas dudas.

Así fue como las chicas se hicieron pruebas de ADN y los resultados revelaron que la muchacha del grupo de Facebook era su hermana, y que vivía con su madre biológica, Aza, en Alemania.

Finalmente, el reencuentro tuvo lugar en un hotel de LeipzigAlemania, donde Aza, la madre biológica, pudo abrazar a sus hijas después de más de dos décadas.

Hoy, a punto de cumplir los 21 años, Amy y Ano sumaron su voz a una campaña para ayudar a recuperar la identidad de niños robados y vendidos en los hospitales georgianos. Actualmente, se cree que decenas de miles de bebés podrían haber sido robados desde los años setenta hasta mediados de la década de 2000, cuando el país vivió una revolución.