Por Rafael Barifouse – BBC Mundo
La celebración de la Copa América en Brasil puede ser «la gota que derrame el vaso» para que la situación en el país derive en una tercera ola de casos y muertes por covid-19.
Este análisis es del médico Miguel Nicolelis, profesor de Neurociencia de la Universidad de Duke, en Estados Unidos.
Nicolelis coordinó durante diez meses el comité científico de lucha contra el virus del consorcio de gobiernos del Nordeste de Brasil, pero desde febrero habla de forma independiente.
En una entrevista con BBC News Brasil defiende que debería adoptarse alguna medida legal que evite la celebración de la competencia en el país y, si de todos modos se celebra, que la población boicotee el evento.
‘Nos convertimos en el basurero del planeta’
Nicolelis dice que cuando se enteró el domingo 30 de mayo de que Argentina dejaba de ser la sede del torneo de fútbol por la gravedad de la pandemia en el país, comentó incluso a sus amigos que ahora los ojos estarían puestos en Brasil.
«Estaba bromeando … no me imaginé esto», dice Nicolelis.
El lunes por la mañana, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) anunció el traspaso de la Copa América a Brasil.
«Esto es una patada en la boca para los brasileños que perdieron familiares, para todos los que hemos estado en cuarentena en casa durante 14 meses. Pero era predecible», dice Nicolelis.
«Nos hemos convertido en el basurero del planeta. Todo lo que no se debe hacer en una pandemia se está haciendo aquí [en Brasil]», dice.
«Esta noticia ya se ha extendido por todo el mundo, y es increíble que el segundo país por número de muertes sea el anfitrión de un evento continental».
‘El gobierno quiere ocultar la pandemia’
Originalmente, la Copa América tenía dos sedes: Argentina y Colombia.
Pero la Conmebol anunció el 20 de mayo que ya no se celebrarían el campeonato en Colombia por la ola de protestas contra el gobierno que vive el país y que han sido reprimidas violentamente.
La segunda sede, Argentina, afronta «el peor momento de la pandemia«, según palabras del propio presidente Alberto Fernández.
Y las encuestas señalaron que la mayoría de la población estaba en contra de la realización de la Copa América.
La Conmebol explicó que después de tomar la decisión de que Argentina dejaba de ser sede del torneo, y con Colombia también fuera, habló con el gobierno brasileño a través del presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Rogério Caboclo.
El presidente Jair Bolsonaro «apoyó de inmediato la iniciativa, con el visto bueno de los Ministerios de Casa Civil, Salud, Relaciones Exteriores y la Secretaría Nacional de Deportes», dijo la Conmebol.
«Y Brasil aceptó este desafío al instante. Para responder a Pfizer, necesita varios correos electrónicos. Para responder a la Conmebol, con una llamada telefónica es suficiente», bromea Nicolelis, refiriéndose a la postura del gobierno de Bolsonaro respecto a las diversas ofertas de vacunas contra el covid-19 realizadas por la empresa farmacéutica.
«Es un intento de ocultar la pandemia, de mostrar que la situación se ha normalizado lo suficiente como para hacer un evento como este», cree el neurocientífico.
‘La situación en Brasil es desesperada’
En el comunicado, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, se justificó diciendo que Brasil «vive un momento de estabilidad» en la pandemia.
Está es una valoración opuesta a la realizada por Nicolelis.
El investigador dice que el país ya entró en la tercera ola de casos y muertes y que la gravedad de esta nueva etapa dependerá de cómo actúe el país.
«La situación brasileña es desesperada. Solo tenemos el 10% de la población vacunada, los casos están creciendo nuevamente, la ocupación de UCI se ha incrementado durante diez días, la tasa de transmisión ha vuelto a estar por encima de uno», dice el investigador.
«Ya estamos en el ascenso de la tercera ola, y un evento como este podría ser la última gota que la hará estallar.
Nicolelis dice que se pueden hacer las mismas críticas a las manifestaciones del sábado 29 de mayo contra el gobierno federal.
«Tienes que ser constante. No es el momento para eso», dice.
También critica que no se haya pospuesto la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio, a pesar de las protestas de ciudadanos, médicos y científicos.
«El deporte, que se suponía que promovía la salud, se ha convertido en un negocio sin el menor respeto por la vida humana. Los griegos deben estar dando vueltas en su tumba con el monstruo que crearon», dice Nicolelis.
‘El fútbol no solo se agolpa en el estadio’
El investigador estima que el régimen de burbujas que rodea la competencia, que comenzaría el 13 de junio, con medidas para aislar y hacer pruebas a los jugadores y equipos para evitar el contagio, no tendrá efecto.
Pone como ejemplo la disputa con similares precauciones de la fase final de la Superliga, el principal campeonato de voleibol del país.
«El entrenador de la selección masculina enfermó con covid y casi se muere. [La burbuja] no funcionó. Y no hay tiempo para organizar una burbuja para la Copa América. ¿Cómo se va a hacer eso en menos de dos semanas?«, se pregunta el científico.
De la misma forma, no cree que el hecho de que los partidos no tengan público en los estadios sea suficiente.
«Las multitudes en el fútbol no se agolpan dentro del estadio. También lo hacen fuera, en los bares, en las fiestas, en las casas de los aficionados, en varios lugares».
‘Tenemos que boicotear la Copa América’
Por todo esto, Nicolelis cree que se debe convocar al Tribunal Supremo Federal para evitar que se celebre el torneo dado el riesgo para la salud que plantea.
Y este riesgo es tanto para Brasil, dice el investigador, con la llegada y circulación en el país de varias delegaciones extranjeras, como para el resto del mundo, dada la posibilidad de llevar variantes del nuevo coronavirus que circula en Brasil a otros países y continentes.
A pesar de que es un aficionado al fútbol, el científico dice que está cada vez más decepcionado con la forma como se gestiona el negocio del deporte en esta crisis.
«Parece que el fútbol está por encima de todo», dice.
«Millones de aficionados y yo hemos perdido la conexión emocional con el fútbol por eso», añade.
«Tenemos que boicotear la Copa América. La población tiene que presionar al TSF y al Congreso para evitar esta competencia. Y mire, yo siempre dejaba lo que estaba haciendo, en cualquier lugar del mundo, para ver la selección. Se acabó. Yo no voy a ver nada».
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