“Parece que hay fuego acá”. Poco más de las tres de la tarde, un eufórico Javier Milei apareció transmitiendo en vivo por su cuenta de Instagram desde el Movistar Arena, en el barrio de Villa Crespo, donde esta noche presentó su libro “Cómo construir un Milagro”. El fuego al que hacía referencia el Presidente poco tenía que ver con la crisis política que desató en el Gobierno los vínculos de una de sus figuras más mediáticas con un presunto narco, sino a los efectos especiales que tendrá la presentacion/show en la que el mandatario también se dará el gusto de comandar una banda de rock and roll.
Sí, apenas 24 horas después de que José Luis Espert tuviera que renunciar a su candidatura para renovar su banca como diputado nacional acorrolado por su relación con Federico “Fred” Machado, el Presidente encabezó su propio show.

El ingreso fue a las 20:34 sonando a todo volumen el clásico de La Renga, Panic Show. El Presidente entró haciendo “pogo”, caminando por medio del estadio, acorazado por Las Fuerzas del Cielo y un enjambre de celulares. Minutos antes, en el escenario un video mostro una sucesión de imágenes de catástrofes: Bombardeo, la bomba atómica, edificio que se desplomaban.
Luego, ya sobre el escenario, siguió cantó él mismo Panic Show con su banda, la llamada “Banda Presidencial”. Un Milei con tapado y campera de cuero y totalmente embebido en su rol de líder rockero, siguió con uno de los temas más emblematicos que Charly Garcia le dio a la música nacional: Demoliendo hoteles. Quizás por las tormentas de los últimos días, el Presidente llegó al escenario sin saber la letra ni atinar las entonaciones.
El Presidente apostó por los clásicos. Ninguno tuvo mejor suerte. Ni siquiera cuando dejó en manos de la diputada Lilia Lemoine No me arrepiento de este amor de Gilda. El show cerro con Dame fuego de Sandro en la versión de Ataque `77 con un Presidente completamente compenetrado en el papel de punk rocker y gritando afónico: “kuka tira piedras”, mientras la pantalla proyectaba imágenes de disturbios.
La escena terminó con un montaje realizado con Inteligencia Artificial de Star Wars, El ascenso de Skywalker, en el que Cristina Fernández de Kirchner aparece como el malvado Kylo Ren y el Presidente reinterpreta al bueno de Luke Skywalker.
El acto/show fue transmitido por la Televisión Pública. Lo curioso fue que en el espacio publicatorio apareció la que apareció fue la propaganda de Espert candidato.
Tras el acto/show –que pareció mas un desquite juvenil del Presidente–, vino el “intervalo” a cargo del ideólogo de ultraderecha, Agustín Laje, para que el líder de la banda tuviera “tiempo de ducharse”. Así quien regresó era el Milei-Presidente vestido de traje y listo para la presentación. Lo que siguió no fue nada fuera de lo común. Aunque sí, quizás, moderó su habitual visión optimista y reconoció que es “un espanto tener 12 millones de pobres, pero es mejor que lo que teníamos antes y vamos en la dirección correcta”.
Y prometió: “Tengan confianza que no vamos a emitir un solo peso más y la inflación será un problema del pasado para mitad del año que viene. Se va a terminar la inflación en la Argentina”.
El regreso de las Fuerzas del Cielo
Desde el Parque los Andes, en Villa Crespo para el país, vienen pintorescos optimistas; ruidosos, no logran darle ritmo a sus cánticos pero visten un llamativo bordó imperial. Levantan estandartes y llevan la mística a extremos surrealistas. A veces, se dan manija y parecen desorbitados. Otras, se paralizan extasiados y miran al horizonte con expresión trascendental. Con devoción también observan el pasado (Roma del 30 A.C., Argentina del sXIX) pero sólo para proyectar un futuro algo distópico.
Son las Fuerzas del Cielo que regresan a reclamar su lugar en La Libertad Avanza, un lugar maltrecho desde que el armado bonaerense quedó en manos de Sebastián Pareja y los dejó afuera. Pero la derrota a manos del peronismo fue su fortaleza. Así que se envalentonan, gritan, tiran petardos y agitan: acá están, son ellos, las Fuerzas del Cielo.
“Nosotros somos la vanguardia, la agrupación que piensa las ideas de la libertad más allá de su ejecución, somos hasta estéticamente superiores”, declara Rodrigo Rojas (24), un muchacho de flequillo que vino desde Entre Ríos ese ejército de jóvenes que piensa la militancia en función de redes sociales. “No lo votaría como Presidente sino como emperador intergaláctico”, suma otro joven que es de Río Negro y no quiere dar el nombre porque advierte que sus padres son docentes y podrían perder su trabajo.
La agrupación es comandada por Daniel Parisini. Lleva puesto la indumentaria pretoriana sobre un cuerpo que dista bastante del ideal físico masculino del imperio romano. Blandamente, el “Gordo Dan” se queda a mitad de camino cuando levanta el estandarte de las Fuerzas del Cielo con un brazo más entrenado por su actividad tuitera que por la brutal rutina de los soldados de élite que cuidaban al emperador hace unos siglos.
“Para ser de las fuerzas del cielo solo hace falta ponerse la camiseta y odiar a los kukas, no hay mucha vuelta”, reflexiona Nelson Carabajal, un hombre canoso de Capital Federal. “No se discrimina por edad ni religión, solo odiar al kirchnerismo”, agrega.
Pero para entrar a la guardia pretoriana hay que pasar por un entrenamiento más duro que la guerra.Ser part de las Fuerzas del Cielo requiere anotarse en este link (https://www.instagram.com/p/DPNYdjbDQU0/) y dejarse hipnotizar por la grandeza de las imágenes retocadas con IA donde nada es verdad y todo está permitido.
En este grupo de “élite” está Agustín Romo, diputado bonaerense, que para las cinco de la tarde fuma un cigarro displicente y responde: “A Espert lo apartaron para que los Kirchneristas no lo utilicen políticamente”. Agustín Laje se mueve histéricamente como una celebrity, fotografiándose con la gente, y ante la pregunta por Santilli, declara: “Es lo que hay que hacer para no dejarse psicopatear por los kirchneristas”.
Al costado de las cabecillas, un puñado de muchachos intenta transmitir dureza pretoriana pero realmente sus formas de andar son suaves y ligeras como las nubes que para las cinco y media de la tarde parecen merengue sobre el Movistar Arena. El resto de la tropa la ocupan los anónimos pragmáticos, algunos juegan con una peluca colorada en alusión al ex marido de Nancy Pazos, otros saltan, ríen y se abrazan. Curtidos, llevan con orgullo la casaca bordó y se aguantan las cargadas de los que se frenan sobre la calle Guzmán y les recuerdan el 3% o Fred Machado.
“Del 1 al 10, ¿cuánto entusiasma militar por Santilli?”, se le consulta a Rodrigo Cabanilla, de 32 años, militante de LFC. “Con Santilli todo bien, hasta tengo fotos con el pelo colorado”, responde.
Guerra de cantos de esquina a esquina
Pasadas las seis de la tarde comenzaron los enfrentamientos verbales cuando el Movimiento Territorial de Liberación (MTL) se hizo presente en el Parque los Andes. La policía se desplegó y arrinconó a los manifestantes. Los libertarios se acercaron y, agitando los brazos, les gritaban “negros de mierda”, mientras que estos respondían: “Alta coimera” o “Milei basura vos sos la dictadura”.
La misma escena se produjo en simultáneo en la esquina de Corrientes y Dorrego. El momento de mayor tensión se vivió cuando un muchacho libertario le gritó a una mujer “te hago la tintura, negra”. Del otro lado lo mandaron al lugar de donde nació. Un sujeto se filtro y quiso arrebatarlo pero la policía lo detuvo, mientras explotaban petardos y otros policía detenia al que tiraba cohetes. Cada vez que el semáforo cambiaba de color y los autos pasaban, se hacía silencio. Luego se reanudaba la escena. Unos gritando “vayan a laburar, vagos”, “Cristina tenés tobillera” y “el que no salta es de Hezbollah”. Y otros “yo sabía que a los liberales los cuida la policía”.
Empieza el show
Dentro del Movistar Arena se ven rostros cansados por el arranque de la semana, el trajín del evento y porque todavía quedan 20 días para militar a Diego Santilli con la boleta de Espert. Se observa al mismo tiempo gente que respira, expresiones distendidas en estas dos horas que fueron aprovechadas para compartir con amigos sin el riesgo de tener que correr o suspender actos por vecinos irritados.
“Necesitábamos un encuentro como este después de tanta operación mediática, juntarnos acá y recordar por qué es que elegimos el camino de la libertad. Es ahora el momento de la verdad”, declara una mujer que tampoco quiere dar su nombre y repite el mismo argumento del Presidente y el propio Espert para explicar su vínculo con Machado. Todo fue una operación.
Ya está todo listo para que los convencidos, perplejos, nostálgicos y curiosos que asistieron hoy disfruten del show. A los convencidos se los puede identificar porque les cuesta manejar la algarabía, como un Golden que recibe a su dueño después de mucho tiempo. Acaso muchos convencidos, si finalmente el dólar se dispara, se conviertan en nostálgicos.
Los nostálgicos se ubican sobre todo en los márgenes y es fácil identificarlos porque llevan la sonrisa del payaso triste y observan al Presidente como quien anhela volver a tener inocencia. Los nostálgicos primero fueron perplejos, y los perplejos acá son la mayoría, y se hacen notar porque están confusamente desperdigados, aturdidos con los recientes acontecimientos, y cuando se indaga no transmiten más que su presencia que sirve para rellenar.

Así habla Matías Gómez, un convencido: “Todo ha sido una burda operación. Los kukas nunca bajaron a nadie y el Profe se bajó por la patria”. Así habla Rodrigo Córdoba, un perplejo. “A Espert lo apartaron y va a tener que decidir la justicia. Lo mismo que lo de Karina. Y bueno ahora estamos con Santilli”. Así habla un nostálgico, otro que tampoco quiso dar el nombre. “No es el Milei que conocí. Desde lo liberal y por la corrupción. No van a llegar inversiones. Se le ha dado mucho poder a Karina, pero el riesgo kuka es altísimo”.
Cuando entra Milei al escenario, se ven caras muy pálidas, caras desencajadas y caras extasiadas y enojadas. Se escuchan gritos de libertad, gritos contra la casta y gritos en general. Entonces aparece la “Banda Presidencial”. Alberto “Bertie” Benegas Lynch en batería, Joaquín Benegas Lynch en guitarra, Marcelo Duclós en bajo, Fernando Mezzina en teclados y Hernán Scarfó también en guitarra, Lilia Lemoine en coros y Javier Milei en voz.
Experiencia religiosa
Cuando Milei habla, se lo escucha atentamente. Cuando Milei canta, se viven experiencias casi religiosas. “También soy humano aunque no lo parezca”, dice y bebe agua tras cantar El rock del gato de Los Ratones Paroicos.
Al segundo tema Milei tiene un aspecto fantasmagórico y dice que “es hora que laburen las chicas”. Las coristas bajan a una velocidad endiablada y antes de cantar Gilda invocan a Cristina Fernández de Kirchner: “Cristina es tobillera”. Lemoine canta y genera una sensación de uñas sobre vidrio.
Milei aclara que trabajó hasta las seis. Pareciera que a mayor crisis, mayor es la disociación alegre con la realidad durante un lunes laboral en la Argentina del pluriempleo. El show se extiende de más y todo produce la sensación de un niño que juega a la pelota con una bomba de verdad.
Fuente Diario Ar.
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